Desde pequeña he visto a mi abuela hacer paños de ganchillo en casa, pero nunca me había llamado especialmente la atención, hasta que el año pasado conocí a mi amiga Ana y vi que hacía cosas monísimas a ganchillo, me enamoré de todos esos bichos de tela y es entonces cuando quise aprender. Como tenía a la maestra en casa le pedí que me enseñara y me puse a rebuscar todos los ovillos de lana olvidados y todas las agujas de ganchillo perdidas en el fondo de los cajones.
Conejo y Don pulpín
Gandalf El Gris
Me relaja muchísimo y disfruto viendo como poco a poco un ovillo de lana se va convirtiendo en algo que tan solo existía en mi mente. Ademas, según la cultura japonesa, estos
muñequitos adorables poseen una especie de "alma" que acompaña al que lo
posee de por vida y se convierte en su fiel compañero, por lo que es una idea genial para hacer un regalo.
Ahora que llega el frío me pondré otra vez a hacer amiguitos de lana y os los enseñaré. Este año también tengo en mente aprender a tejer con agujas de punto y hacer una bufanda (tengo unos cuantos encargos jeje, aunque por el momento son todos gratuitos). Espero que os haya gustado, los que no lo conocíais ahora ya sabéis lo que es el amigurumi. ¡Todo un arte!
Ahora que llega el frío me pondré otra vez a hacer amiguitos de lana y os los enseñaré. Este año también tengo en mente aprender a tejer con agujas de punto y hacer una bufanda (tengo unos cuantos encargos jeje, aunque por el momento son todos gratuitos). Espero que os haya gustado, los que no lo conocíais ahora ya sabéis lo que es el amigurumi. ¡Todo un arte!
¡Tejer no es solo tarea de abuelas!
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