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jueves, 24 de octubre de 2013

Tortellini con salsa de tomate casera

Me encanta la pasta y lo que más me gusta es buscar nuevas salsas para acompañarla y así hacer que cada plato sea diferente. Ya subí la receta de los raviolis con salsa de setas. Ahora una receta de tortellini con tomate frito casero. 
El chiste que tiene es que el tomate está hecho en casa y no comprado. Lo probé por primera vez en Ibiza en casa de unos amigos y quedé fascinada.


Cabe decir que nunca me ha gustado el tomate natural,  soy así de rara. Por ese motivo quedé tan alucinada cuando probé esta salsa ya que no da la sensación de estar comiendo un tomate (por lo menos a mí).


¡Ahí va!


Pasos a seguir:

Los tortellini los compre frescos en el supermercado y se hacen como el resto de pasta. Al ser pasta fresca y estar rellenos de carne (u otras cosas) con ponerlos en una olla con agua hirviendo durante 4 o 5 minutos basta. Si los dejamos más se abren y se sale el relleno.



Para el tomate:

1. Lo primero que vamos a hacer es escaldar los tomates. Esto se hace para que queden blanditos y sea más fácil quitarles la piel. Para ello ponemos agua a calentar en una olla. Les hacemos unos cortes a los tomates en forma de cruz y cuando el agua hierva los metemos. Los dejamos un minuto, minuto y medio como mucho. Si los dejamos más se pasarán y perderán color, cuando veáis que se empiezan a poner blanditos podéis sacarlos. 



2. Les quitamos la piel y los cortamos en rodajas. Cortamos una cebolla y dos dientes de ajo en trocitos pequeños (esto va un poco al gusto, a mí me gusta que no se note demasiado la textura de la cebolla y el ajo en las salsas por eso intento que queden trocitos muy pequeños).


3. Ponemos una olla al fuego con un chorrito de aceite. Poned el fuego medio, medio-bajo (más vale pasarnos de bajo y tener que aumentar a que se nos queme la cebolla) y cuando esté caliente echamos la cebolla y el ajo. Freímos a la misma temperatura hasta que la cebolla este dorada y blandita.

En este punto echamos los trozos de tomate. Removemos de vez en cuando para que se deshaga el tomate y suelte jugo.

4. Para quitarle la acidez añadimos una cucharada de azúcar. (A mí me encanta el toque que le da, pero es cuestión de gustos y de ir probando). Seguimos removiendo hasta que veamos que adopta la consistencia deseada.


*Y voilà! Ya tenemos nuestra salsa*


Una ver servido a mí me gusta añadirle un poco de orégano. ¡Me encanta la pasta con queso y orégano!


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